El calabacín de King Courgette, un cultivo tradicional
La tradición no se ha perdido con las avanzadas técnicas de cultivo, porque lo más importante es que el producto conserve el cariño con el que se ha plantado y cuidado durante toda la vida. Solo así su sabor espléndido, siendo un hortaliza sana, nutritiva y de muy pocas calorías, recurrente en miles de recetas y símbolo del trabajo bien hecho, llega la época de su plantación.
- Hay que tener en cuenta es que se necesita un clima cálido para germinar.
- La siembra es posible en tierra directamente o sobre una capa de arena, no más de dos o tres semillas por hoyo y situándolas a una profundidad de 2 centímetros aproximadamente. Un secreto, esas semillas se siembran juntas para que unan sus fuerzas y rompan la tierra.
- Cubrir las semillas con tres o cuatro centímetros más de tierra o arena. Si se le pone alma y todo se hace con cuidado y mimo, germinarán seguro.
- Una vez tengamos los primeros brotes, debemos limpiar los secundarios, pues es aconsejable dejar únicamente un plantín por cada uno de los hoyos que hemos hecho. Es evidente que se quedará el que consideremos más fuerte.
Su época para el cultivo se adapta a casi todas las condiciones y a casi todos los tipos de suelo, y con abonos simples es suficiente. El riego se disipa teniendo presente que quizá su único requisito sea vivir en humedad, y el aporte de agua, sin ser ni mucho menos grande al inicio evitando encharcamientos, debe ir incrementándose conforme aparezcan los calabacines en la planta.